El masaje infantil (shantala) se presenta como una opción para trasmitir amor a través del tacto de la mamá al bebé y tiene un gran poder vinculante. El shantala proviene del Ayurveda, la medicina tradicional de la India, con más de cinco mil años de historia. Un obstetra francés lo implementó en Occidente tras observar a una madre (llamada Shantal) masajeando a su bebé durante un viaje que hizo a la India. El médico se quedó impresionado al ver los efectos terapéuticos y decidió darlo a conocer en Europa.
El masaje ayuda a regular y reforzar cinco de los sistemas más importantes del bebé: respiratorio, circulatorio, nervioso, inmunológico y gastrointestinal (algo que se convierte en una solución perfecta para aliviar las molestias de cólicos, gases y estreñimiento, tan comunes en los bebés). Además estimula los sentidos, favorece el aumento de peso, la construcción del esquema corporal, el desarrollo de la inteligencia psicomotriz y favorece la construcción del lenguaje y la creación de vínculos entre el bebé y su entorno.
Otro de los beneficios del simple ejercicio del tacto entre madre e hijo/a es que los masajes ayudan a regular el sueño y a reducir el estrés. Por otra parte, es una buena herramienta para que el bebé conozca su cuerpo y mejore su motricidad. A partir de ello irá desarrollando su seguridad sobre sí mismo, tanto a nivel físico como a nivel emocional. El nacimiento es un hecho básicamente traumático; el bebe sale de un medio líquido, abrigado e ideal –el sitio perfecto– a un mundo infinito, con diferencias de temperatura, luz, sonidos, hambre, sensación de desprotección, etc. El shantala es una de las técnicas que contrarrestan este efecto angustiante del bebe. Pero no se trata sólo de consagrarse al recién nacido. La conexión con las manos da alivio a la madre en la depresión posparto.
Lic. Laura Pascuzzo
Nota al diario PAGINA 12 (10 de Junio 2011)
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