viernes, 29 de julio de 2011

"NACER"

Este cuento pertenece a Verónica Rubioli y lo escribió después de un trabajo de conexión con su bebé en donde la propuesta era imaginar la aventura que este bebé vivirá dentro de su maravilloso mundo antes de nacer. Me emociona saber que desde PANZAS ARRIBA acompañamos este hermoso sendero. Gracias a Vero y a Tomás por dejarnos entrar en él.
Tomás vive patas para arriba. Aunque en su mundo no hay arriba ni abajo. No hay antes ni después, no hay luz ni sombra. Se mueve como si volara, sueña como si lo hubiera visto todo y juega con nada, por el puro placer de jugar.
Un día imaginó un pingüino. Se sorprendió porque no sabía qué era un pingüino, pero estaba seguro de haberlo imaginado. Con los ojos cerrados, estiraba las manos y tocaba sus plumas suaves, su panza blanda y su pico frío.
-Sos suave y hermoso, le dijo Tomás.
-Soy un pingüino, respondió finalmente, ahuyentando toda duda.
-Tu piel es diferente a la mía, notó Tomás con cierta sorpresa.
-La mía está cubierta por plumas que me abrazan porque vivo en una playa con un mar muy frío, donde el cielo de la noche se llena de estrellas y de silencio.
-Aquí no hay cielo ni estrellas, pero puedo imaginarlas.
-Son mucho más bellas aún, dijo el pingüino, como si pudiera espiar en la mente de Tomás.
-¿Hay muchos como vos, allí donde vivís?
-Hay muchos como yo y millones diferentes a mí. El planeta Tierra, mi mundo, está poblado por todas las criaturas que puedan entrar en tus fantasías. Enormes, pequeñas, con pelos, con plumas, con escamas, que vuelan, que nadan, que corren a velocidades increíbles o se arrastran por el piso. El Rey de todos ellos es el animal más poderoso del mundo: el león.
-Cómo es un león? –se apuró a preguntar Tomás.
-Es una criatura con el color de la arena del desierto, una melena que parece un sol, ojos de oro y un rugido capaz de despertar a la luna.
-Puedo imaginarlo también, no necesito verlo, dijo Tomás autosuficiente.
-Hay dos cosas que no podrás imaginar, contestó el pingüino desafiante.

Tomás lo miró aceptando la provocación y el ave comenzó a hablar:
-No podés imaginar el aroma del café ni la textura de las uvas. El café te infla el alma por las mañanas, es el olor de un día nuevo, lleno de posibilidades. Es la sensación de que todo está por pasar. Las uvas son como ojos brillantes, dulces y ásperas a la vez, llenas de jugo y astringentes, blandas y turgentes.
Tomás frunció el ceño algo confundido.
-Querés probarlas? Invitó el pingüino.
-El niño bajó al mirada y dijo susurrando: tengo miedo de salir.
El ave se acercó y apoyó su cabeza en el hombro de Tomás que se tentó de apretar con sus manitos a esa criatura inexplicablemente suave.
El pingüino dijo: tengo bajo una aleta un gato rojo, que representa lo increíble y misterioso del mundo, es la promesa de un camino lleno de sorpresas maravillosas. Debajo de la otra aleta tengo a un ángel de piedra, es la fuerza de quien nos cuida y nos protege. Te los regalo. Son las dos únicas cosas que necesitás para salir a mi mundo: la ganas de descubrir y la confianza de quienes te aman.
-Cómo voy a encontrar el camino?
-Vas a escuchar la voz de tu papá llamándote y los latidos del corazón de tu mamá invitándote a tomar el chocolate caliente de su abrazo.
Tomás sonrió. El pingüino hizo como pudo para estirar su pico y devolver el gesto. Algo más-dijo el animalito- todos tenemos una misión en la Tierra, nunca la olvides, todos vamos allí a aprender y a disfrutar. Cuando tus días estén nublados, vas a buscar la luz de una enseñanza. Cuando estén soleados, vas a saber echarte como un gato en la terraza y que nada interrumpa la magia de la vida calentándote la cara.

Bienvenido.
A la autora de este cuento la encontrarán en www.planetaveronica.blogspot.com

miércoles, 13 de julio de 2011

Beneficios de la vinculación prenatal

Damos por supuesto que el recién nacido tiene necesidad de cuidados físicos y ayuda, también sabemos lo importante que es el afecto para su supervivencia y desarrollo de sus capacidades físicas, emocionales, sociales e intelectuales.
El feto cuenta antes de nacer con: un repertorio completo de movimientos, funcionamiento de todas las capacidades sensoriales, capacidad para establecer relaciones, expresión emocional, capacidad de aprendizaje y memoria, diferentes grados de consciencia durante el embarazo, etc
Para poder comunicarte con él y estimularle, debemos tener presente que tu hijo ya tiene unos sentidos que están más o menos desarrollados según los meses de gestación y que le permiten aprender, conectarse con el exterior, y comunicarse, convirtiéndole en un ser cada vez más humano.
Cada vez hay más estudios sobre la vida prenatal que confirman que el feto comparte la vida emocional de su mamá, y es capaz de sentir su amor, su aceptación o su rechazo. Por tanto, es importante que ya desde el momento de la concepción se trabaje por establecer un vínculo afectivo temprano que asegure el bienestar durante la gestación y se favorezca la configuración de la personalidad futura.
Pensamos que el feto es un cuerpo en formación, pero no somos conscientes de que también es una mente en formación. Tiene una consciencia que recibe, aprende y se nutre de lo que recibe de su mamá.
El bebé intrauterino comienza a utilizar sus sentidos, que se encuentran ya más o menos desarrollados y a partir de la 24 semana de gestación, ya puede interpretar los sentimientos de su madre dado que ya posee unos circuitos neurológicos de su cerebro suficientemente desarrollados para poder traducir las sensaciones en emoción. El bebé intrauterino es capaz de sentir y llevar una vida emocional, donde la principal fuente de estímulo va a ser su mamá, y también su papá.
¿Cómo se transmiten las emociones de la madre al bebé?
A través de la sangre de la madre, el bebé compartirá sus estados de ánimo y sus emociones maternales.
Pruebas científicas demuestran como la caricia de la madre sobre su vientre, provocan comportamientos de placidez y bienestar en el bebé, y que el estado psicológico de la madre afecta el comportamiento del bebé.
El afecto es muy importante para el desarrollo del feto
El feto es un ser sensible y con personalidad propia, y para empezar a quererlo y a conocerlo hay que relacionarse con él. ¿Cómo?
  • Acariciándolo a través del abdomen materno.
  • Hablándose y cantándole suavemente.
  • Descubriendo que cosas le tranquilizan o agitan.
  • Imaginando cómo es y cómo será.
Es importante que, desde el momento de la concepción se trabaje para establecer un vínculo afectivo temprano, que asegure bienestar durante la gestación y favorezca la configuración de su personalidad futura.
 Texto extraído de: www.psicoreproduccion.com

…"A nadie se le ocurriría pensar que la historia de un bebé comienza con el día de su nacimiento. El feto no constituye la prehistor...