Al bajar la escalera me recibías vos. ¡Qué alegría verte! Tenías
unos 10 meses, poquito pelo rubio, los ojos azules como los de tu abuelo y
bisabuelo y la nariz como la de tu papá. Me recibiste con una sonrisa preciosa,
me agarraste la mano y me llevaste, a seguir caminando un poco más. Pasamos por
un parque que tenía algunos árboles y mucho pasto, tupido, grueso, suave,
acolchonado. En ese lugar especial había chicos jugando y corriendo; algunos
estaban en una pequeña calesita pintorescamente decorada con banderines y muchos
colores alegres. A medida que paseábamos por ese lugar especial, casi mágico,
sentía como la brisa atravesaba las hojas verde-azuladas de los árboles. El
ruido que hacían era como una suave canción que nos acompañó en el último tramo
del recorrido.
De pronto pudimos ver que a unos metros de donde estábamos había un
enorme portón dorado, que por ahora no íbamos a traspasar. Era un momento de
pausa. No me preocupaba mucho despedirte ahí.
Nos volveríamos a ver.
Dibujo realizado por Sole |
Esta descripción fue realizada por Soledad a su beba Malena que esta en su vientre y que recién conoceremos a fines de Junio (2013).
Esto es solo una partecita de algunas de todas las actividades y trabajos de conexion que realizamos en las clases de PANZAS ARRIBA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario